Descubre la fascinante vida de la ranita de ojos rojos

Ranita

Foto: Nolberto Tut Pacheco.

Los ojos grandes y redondos de la ranita de ojos rojos le proporcionan una excelente visión nocturna. Son animales principalmente nocturnos y se vuelven más activos durante las horas de la noche. Sus ojos rojos, al ser grandes y sensibles a la luz, les permiten detectar movimiento y presas en la oscuridad, lo que facilita su caza de insectos y otros pequeños invertebrados durante la noche.

Los ojos grandes y redondos de la ranita de ojos rojos, también conocida como Agalychnis callidryas, son una adaptación especializada para la vida nocturna. Estos ojos permiten que la ranita tenga una excelente visión en condiciones de poca luz, lo que le facilita la caza de insectos y otros pequeños animales durante la noche.

Además de su función práctica, los ojos rojos de esta especie son también un rasgo distintivo y llamativo. El color rojo brillante de sus ojos es causado por pigmentos que se acumulan en la capa exterior del ojo, conocida como la córnea. Estos pigmentos, llamados lipocromos, son comunes en muchas especies de ranas y sapos y pueden variar en color, desde el amarillo hasta el rojo intenso.

Los ojos de la ranita de ojos rojos también cumplen una función comunicativa dentro de su comportamiento de apareamiento. Durante la época de reproducción, los machos utilizan su llamativo color rojo para atraer a las hembras y establecer su territorio. Además, cuando la ranita se siente amenazada o estresada, sus ojos pueden cambiar de color a un tono más pálido, lo que indica que se encuentra en un estado de alerta.

En general, la combinación de sus grandes ojos, su coloración brillante y su comportamiento nocturno hacen que la ranita de ojos rojos sea una especie fascinante y única para observar en su hábitat natural en la selva.